
Desde los sicómoros de la irracionalidad más íntima jamás descubierta naces tú. Como un intento de mi portugués mal hablado, como un diamante apunto de ser pulido para ser puesto en el mercado.
Quisiera gritar desde el punto más alto que te amo, y grito. Porque sé que me escucharás, sentado junto a mí, con tu brazo recostado sobre mi hombro, haciéndome sentir querido, amado y respetado por alguien que, irradiando su belleza sobre mí, fue una vez deseado hasta morir, haciendo incluso fuerza para publicaciones literarias, motivo (lo digo) de mi actual existencia y actual vital preferenciada.
Las palabras son limitadas, con fronteras delimitadas excesivamente marcadas para comprender todo el sentimiento que en ellas quiero poner.
Europa no es un país, y si lo fuera, sería demasiado pequeño para nosotros.
Te quiero.
___gat.O