Si no recuerdo mal...Año 2008. Un chico de rasgos atractivos se pasea, baila, ríe y grita por las calles, rodeado de amigos y compañeros afines en busca de experiencias, risas, hombres y demás; se deja perder en la noche palmesana.
Año 2009. El grupo de amigos del chico de rasgos ameniza las noches de diversión, copando podiums, escenarios y ambientes diversos en los que de forma individual nos atrapan con sus formas, con la siempre disposición del conjunto.
Año 2010. El chico de rasgos se anima a bailar al son del grupo, atreviéndose con arriesgado calzado, ropas prietas y adornos capilares, a la vez que disfruta de las experiencias que le regalan las vicisitudes de las circunstancias.
Año 2011. El chico de rasgos, más curtido por las aventuras, excesos y experiencias, disfruta acompañando a sus fieles amigos en las tareas de la noche, gogogueando siempre que tiene ocasión y dejando en nuestras mentes el recuerdo y el deseo paralelo de necesitar más.
Año 2012, ese mismo chico de rasgos adquiere en el presente una razón propia, un sentido artístico que le caracteriza a la vez que le diferencia de su grupo, en el cual se apoya para coger impulso y llegar adonde se proponga.
A fecha de este escrito, y a modo de memorándum, comienza el impulso.
Es un chico fuerte, sabedor de su belleza, con ganas de aprender desde la modestia, el respeto y la dignidad.
Es consciente de que su límite profesional no está fijado todavía en el horizonte, por ello se presenta ante nosotros con los nervios propios del trabajo por hacer. Mientras desea sentir recompensa por el camino hasta ahora recorrido, el chico de rasgos, levanta la cabeza ante el clamor de aquellos a quien tanto admira para pedirles, en este momento, ese trato de devolución.
Cierto es la frase mundana “nadie es profeta en su tierra”, por ello es cuestión de un plazo natural que el chico de rasgos despegue lejos de quienes le vimos formarse, con la inmensa suerte de haber podido, nosotros, ser testigos fieles de su madurez, estilo y grandilocuencia que, más tarde o más temprano, alcanzará las telas del éxito supremo, pudiendo guardar para nuestros adentros la frase “yo a este le conocí”.
Personalmente es un honor haber tratado con él y seguir siendo parte que dé fe de sus victorias. El chico de rasgos, y para el que tanto deseo lo mejor, es la estrella ya nacida: Aitor Maró.
Imagen: Fotograma del Videoclip Aitor Maró.
PD: Por cierto, que si queréis saber de lo que estoy hablando, este Sábado 10 de Marzo podéis ir al Bar Michel (Avda. Joan Miró 60 de Palma). A las 22.00 se estrenará el videoclip de este chico.
