Es madrugada. Voy conduciendo, junto a él. El viento rompe el mutismo del silencio provocado por una noche de trabajo bien finalizado. Su pelo está alborotado por las corrientes de aire que invaden el descapotable.
¿Existe algo más bello que sentirse tranquilo, feliz y con la satisfacción de ser correspondido?
Las luces suspendidas en la autovía bailan indicando el camino a... Continuar leyendo