Tumbados, recostado frente a ti. Te miro a los ojos, que me miran e intimidan a la profundidad de mi deseo. No es necesario decir nada, porque nuestros ojos hablan por nuestra boca y las miradas interactúan cual palabra original.
No transcribiré nuestra conversación de miradas, porque el simple hecho de hacerlo, desvirtuará el mensaje intrínseco de la esencia más bella entre nosotros.
...
Continuar leyendo